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¿Qué son los objetivos SMART?


Definir objetivos es esencial para saber hacia dónde vas, ya sea en el plano personal o laboral. Sin embargo, la fijación de un objetivo es algo que debes realizar cuidadosamente, sin prisa y evaluando qué es exactamente lo que te estás proponiendo cumplir.

Importancia de los objetivos para alcanzar tus metas

Cuando tienes una gran meta, que requiere mucho trabajo de tu parte, la única manera de alcanzarla es paso a paso, objetivo a objetivo. Si éstos han sido formulados incorrectamente, difícilmente llegarás a la meta y perderás tiempo, recursos y energía. Más aún, puedes perder la confianza en ti mismo.

De tus objetivos surgen las acciones que tienes que llevar a cabo para alcanzarlos, los recursos y habilidades que vas a necesitar y, fundamentalmente, el sentido que tiene hacer lo que haces.

Si cada día dedicas tu tiempo, dinero y trabajo para cumplir determinadas tareas que te acercan cada vez más al lugar donde quieres estar, lo harás con motivación, dedicación, optimismo y responsabilidad.

Por el contrario, si un objetivo no está bien definido no expresará fielmente lo que quieres y difícilmente te comprometerás a hacer tu máximo esfuerzo para lograr algo de lo que no estás convencido (y tampoco tendría sentido hacerlo).


¿Qué es un objetivo SMART?

SMART son las siglas (en inglés) de los requisitos que debería cumplir un objetivo bien formulado:

  • S (Specific) de Específico.
  • M (Measurable) de Medible.
  • A (Achievable) de Alcanzable.
  • R (Realistic and Relevant) de Realista y Relevante.
  • T (Time-related) en relación al límite de tiempo para conseguirlo.

Características de los objetivos SMART

Como mencionamos anteriormente, los objetivos SMART deben ser:

Específicos

Se refiere a que debes saber concreta y exactamente qué es lo que quieres lograr, para qué te servirá, y cómo vas a hacerlo. Este enunciado debe ser claro y no dar lugar a interpretaciones erróneas o ambiguas.

Por ejemplo, el objetivo “Quiero mejorar mi alimentación” no es SMART, ya que es muy general e inespecífico. A pesar de que una persona puede tener como meta mejorar su alimentación, debe fijar un objetivo específico que lo acerque a esa situación deseada.

Por ejemplo: “Voy a comer un plato de hortalizas frescas todos los días en el almuerzo porque eso me ayudará a tener una alimentación de mayor calidad”.

Medibles

Es fundamental que puedas medir tus avances.

Tomando como ejempo al ejemplo anterior, si especificas cuál es tu objetivo sabrás que es lo que tienes que cuantificar y comparar.

Entonces, si actualmente comes hortalizas frescas solo 3 veces a la semana y luego comienzas a consumir todos los días un plato de estos vegetales al almuerzo, puedes apreciar los progresos que estás haciendo y continuar motivándote. Eso significa que el objetivo sea medible.

Alcanzables

Esto se relaciona con que tienes que saber si está dentro de tus posibilidades cumplir tu objetivo, cómo lo lograrás y si cuentas con los recursos para hacerlo.

Regresando al ejemplo inicial, para comer un plato de hortalizas frescas en el almuerzo todos los días debes saber si cuentas con el tiempo y el dinero para comprarlas, si podrás preparar estos vegetales tú mismo o si alguien más está encargado de la elaboración de los alimentos, si estás lo suficientemente comprometido para cumplir esta tarea, si siempre almuerzas en casa o tendrás que comer las hortalizas fuera de tu hogar, si te sientes seguro de que podrás pasar inmediatamente de consumir estos alimentos 3 veces por semana a todos los días, entre tantas otras condiciones.

Si cuentas con todo lo necesario para lograr tu objetivo, entonces será alcanzable.

Realista y Relevante

El concepto de realista se asemeja a lo necesario para que tu objetivo sea alcanzable, aunque puedes tener la posibilidad de alcanzar el objetivo.

Siguiendo con el caso planteado, comer todos los días un plato de hortalizas frescas en el almuerzo, pero a la vez sabes que no es realista para ti proponerte pasar de ingerir verduras 3 veces a la semana a una frecuencia diaria. Entonces, es preferible que elijas comer los vegetales 4 veces por semana en el almuerzo y te asegures de que vas a poder lograrlo. Eso es un objetivo realista.

La relevancia del mismo es otro punto indispensable, ya que si lo propuesto no es importante para ti, no tendrás la suficiente voluntad y compromiso para llevarlo a cabo.

Supongamos que en la situación inicial que se utilizó como ejemplo tú expresas que quieres comer un plato de hortalizas frescas en el almuerzo a diario pero, en realidad, eso no lo decidiste tú sino que un amigo te dijo que tu alimentación era pésima y que debías mejorarla comiendo más hortalizas. En este caso, el objetivo no será relevante para ti y difícilmente lograrás cumplir con esta acción.

Definido en el tiempo

¿Cuándo vas a cumplir tu objetivo? O bien ¿Cuándo vas a comenzar con una determinada acción que quieres convertir en un hábito?

El primer ejemplo (“Voy a comer un plato de hortalizas frescas todos los días en el almuerzo porque eso me ayudará a tener una alimentación de mayor calidad”) continúa estando incompleto ya que no hay un momento definido para comenzar a incluir vegetales. ¿Será en el almuerzo de hoy? ¿En el de mañana? ¿O quizás dentro de dos días porque recién para esa fecha tendrás tiempo de ir a comprar los vegetales?


Para finalizar, te dejamos una reflexión de Julius Erving:

“Goals determine what you’re going to be”.

Tus objetivos determinan en lo que te vas a convertir.

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